
Defensor de las causas nobles, polémicas, disparatadas, y hasta a veces, agobiantes. Apático, de lento andar e irreverentes respuestas, extraídas del lenguaje más profundo del Derecho, el cual en muchas ocasiones, consigue intimidar al más veterano conocedor de estas artes. Él es Cesar Nakasaki, el abogado más controvertido y mediático de nuestro país que, actualmente, parece haberle robado el show a cada uno de sus defendidos.
De estatura media y con una presencia que, lejos de imponerse, muestra las noches sin dormir y los años conviviendo con los folios y los expedientes, este hombre de las leyes ha defendido los casos que han concitado la atención pública estos últimos años. Pero si pensaban que el caso Fujimori o Medina eran los únicos en el medio, hagamos un recuento. Hace ya un buen tiempo, Nakasaki fue el representante de un buen número de familias afectadas por el incendio en Mesa Redonda, donde después un largo proceso de cinco años, la mayoría de los culpables fueron a parar a prisión. Meses después del fatídico hecho, la discoteca Utopía también sería protagonista de un incendio que dejó en desgracia a las familias más acomodadas de la metrópolis limeña. En este caso, Nakasaki también actuaría como el abogado defensor.
Pero hasta aquí, este controvertido abogado se mostraba como el defensor de las causas nobles y justas, de verdad, digno de aplaudir. Años después, apareció como el flamante abogado de los procesos judiciales que normalmente afrontaba la conductora de televisión Magaly Medina. Detenernos a discutir los actos de ésta última, es tema de análisis aparte. A partir de ese entonces, Nakasaki se convertiría en una de las figuras más “chollywoodenses” del espectro jurídico.
Y para consolidarse, actualmente defiende al ex mandatario Alberto Fujimori, caso por de más discutido, en donde hace galas de los más profundos conocimientos de las leyes, así como de las estrategias para poder burlarlas. Por todo esto, el Colegio de Abogados lo sancionó al conocer que Nakasaki revisaba los expedientes de Fujimori antes de ser nombrado su abogado oficial.
Y aquí es donde quería centrar mi análisis. ¿Hasta dónde llegará este hombre en su afán de defender lo indefendible en casos tan incómodos para el país? ¿O es que el ejercicio de su profesión no considera valores tan discutidos como la verdad y la justicia? Aunque todos sabemos que éstos sólo son ideales, al menos la conducta de un profesional del Derecho debiera abogar por su construcción en un país que atraviesa una crisis de valores tan profunda.
La última de Nakasaki, la cereza del pastel, es la defensa que viene prestando al alcalde de Pucallpa, Luis Valdez, por presunto lavado de dinero y narcotráfico. Tremendas joyitas las que defiende. Bueno, mi intención no es juzgar a nadie, simplemente poder en discusión los valores de este hombre, que como dije, parece ser tan o más mediático que sus propios defendidos y terminará defendiéndose a sí mismo.
De estatura media y con una presencia que, lejos de imponerse, muestra las noches sin dormir y los años conviviendo con los folios y los expedientes, este hombre de las leyes ha defendido los casos que han concitado la atención pública estos últimos años. Pero si pensaban que el caso Fujimori o Medina eran los únicos en el medio, hagamos un recuento. Hace ya un buen tiempo, Nakasaki fue el representante de un buen número de familias afectadas por el incendio en Mesa Redonda, donde después un largo proceso de cinco años, la mayoría de los culpables fueron a parar a prisión. Meses después del fatídico hecho, la discoteca Utopía también sería protagonista de un incendio que dejó en desgracia a las familias más acomodadas de la metrópolis limeña. En este caso, Nakasaki también actuaría como el abogado defensor.
Pero hasta aquí, este controvertido abogado se mostraba como el defensor de las causas nobles y justas, de verdad, digno de aplaudir. Años después, apareció como el flamante abogado de los procesos judiciales que normalmente afrontaba la conductora de televisión Magaly Medina. Detenernos a discutir los actos de ésta última, es tema de análisis aparte. A partir de ese entonces, Nakasaki se convertiría en una de las figuras más “chollywoodenses” del espectro jurídico.
Y para consolidarse, actualmente defiende al ex mandatario Alberto Fujimori, caso por de más discutido, en donde hace galas de los más profundos conocimientos de las leyes, así como de las estrategias para poder burlarlas. Por todo esto, el Colegio de Abogados lo sancionó al conocer que Nakasaki revisaba los expedientes de Fujimori antes de ser nombrado su abogado oficial.
Y aquí es donde quería centrar mi análisis. ¿Hasta dónde llegará este hombre en su afán de defender lo indefendible en casos tan incómodos para el país? ¿O es que el ejercicio de su profesión no considera valores tan discutidos como la verdad y la justicia? Aunque todos sabemos que éstos sólo son ideales, al menos la conducta de un profesional del Derecho debiera abogar por su construcción en un país que atraviesa una crisis de valores tan profunda.
La última de Nakasaki, la cereza del pastel, es la defensa que viene prestando al alcalde de Pucallpa, Luis Valdez, por presunto lavado de dinero y narcotráfico. Tremendas joyitas las que defiende. Bueno, mi intención no es juzgar a nadie, simplemente poder en discusión los valores de este hombre, que como dije, parece ser tan o más mediático que sus propios defendidos y terminará defendiéndose a sí mismo.
Imágen extraída de http://flora-y-fauna.blogspot.com/2008/08/csar-nakasaki.html
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