Ahora, un capítulo repetitivo de esta triste novela social parece haberse escrito el día de ayer. La Municipalidad de Lima publicó la Nueva Reglamentación para el Transporte Público (otra más) en la que, de verdad, se establecen sanciones económicas muy severas para las malas actitudes de los transportistas y cobradores; no obstante, habría puntos que esclarecer.
Aunque faltan 150 días para que dicho reglamento entre en vigencia, todavía no se precisa de qué manera las personas podrán hacer valer los justos derechos que ahora les son reconocidos. Por ejemplo, ¿cómo denunciaría un invidente a una combi que no lo quiere dejar subir?, o en otro caso, ¿cuántos cobradores tendrían que pagar 360 soles por llamar a sus pasajeros a viva voz?
Algunas cositas que ajustar, pero muy buen avance. La ciudad y el sistema de transporte está hecho para los ciudadanos y no para los autobuses y combis. Esperemos que el reglamento en mención prospere y no se queda, como otros, en el papel.